Marismas y Pantanos

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Los humedales costeros pueden preservar vidas y propiedades al reducir el impacto de las tormentas tropicales, los ciclones y las grandes marejadas. Los humedales situados en los márgenes de masas de agua, como ríos, lagos y océanos, protegen las tierras de la erosión, ya que las plantas de los humedales retienen el suelo y reducen la fuerza de las olas o la velocidad del flujo de agua. Los humedales atrapan los sedimentos, filtran la escorrentía, metabolizan el exceso de nutrientes y reducen las inundaciones al frenar y absorber el agua de lluvia. Se ha demostrado que reducen las inundaciones mucho mejor que las infraestructuras duras, como los diques y los muros de contención, y a un costo menor. En un estudio reciente, los investigadores descubrieron que la restauración de humedales proporcionaba USD 8 en beneficios de reducción de inundaciones por cada USD 1 invertido El conte (Reguero et al., 2018).

Las marismas de agua salada son comunidades intermareales de plantas que crecen en las orillas de los lagos costeros y los estuarios. Ocupan la zona de marea alta y contienen plantas como juncos, cañas, carrizos, pastos, hierbas suculentas y arbustos que son capaces de tolerar la alta salinidad y la inundación del agua del mar. La vegetación es, en general, baja, aunque los tramos más orientados hacia la tierra suelen tener topes de especies arbóreas de mayor tamaño. En su interior hay parches desnudos y a veces salinas o zonas arenosas (Dpt. E&E, 2016). También albergan una gran variedad de fauna, como aves acuáticas, peces y crustáceos. 



Marismas y Pantanos